jueves, 6 de marzo de 2008

Corazón bucanero







Es una amalgama de envidias que asoman bajo la piel un insigne bocado de añoranzas desveladas, que requieren ungüentos de caricias que alivien un corazón sin su latir.

Un corazón bucanero, que se ha abierto paso entre las batallas insignes en defensa de su valía. Batallas emancipadas, batallas en defensiva, batallas que emergen perdidas y otras que las dejamos partir.

Inmune a las prescripciones de las voces en su afán de analgesia, intentando sucumbir la dolencia que infecta los caminos de su respirar, los acentos de su ritmo, diástole y sístole sin tic-tac, elevando su pena y atrapando la soledad.

Simple piel a punto de romperse, simple evidencia que lo han vuelto rugoso, con el solapado mirar de querer verte sin mis ojos y sentirte sin mi sentir.

Muralla de mil aceros acampan en vanguardia de su bienestar, será un valiente verdugo quien pueda con tanto arsenal No es permisible un desvarío, una refriega fugaz, que asome una luz en penitencia, un flujo de debilidad.
Será en un momento suscrito, que permita entrar a su portal.