viernes, 31 de julio de 2009

Quiero


Quiero
Quererte y que me quieras
Recostar mi rostro sobre tu alma
Proveerte de suspiros
Respirar el amor que te dejo
Desencadenar las mariposas que por dentro
Ponen en evidencia la emoción de tenernos

miércoles, 22 de julio de 2009

Pausado respirar


Son esas emanaciones del alma que distraen la calma habitual.
Es tu recuerdo variado, mezcla de añoranza y pasado hermoso, dolor de lo que no fue y lo que se dejó partir.
Difusa esperanza en tus palabras se asoma, un abrir de ojos en rutina que marcan el tic-tac de mi reloj y en su tiempo me indica que aún a la espera está que regreses aquí.

Era el perfume de tu pecho
Era la caricia de tu piel
Eran los besos en almíbar
Era tu ser para poseer

Mi mejilla blanda como testigo desde la llanura de tu pecho de un pausado respirar.
Pausa que anunciaba más agitación.
Eras vos, todo vos.

Sos vos.

Autoreparaciones en exilio

Retazos…
Maderas astilladas,
filos en sus puntas y sin marca en las aristas para un posible empate de las partes.
Manual en exilio, auto reparaciones holgazanas.
Pasos firmes sobre arena del desierto, así fluye la certeza de promulgarme los afectos de quienes con intenciones de reparos como
cirineos, habitan en las cercanías de mi alma.

lunes, 19 de enero de 2009

arRaigándome


Hoy el viento de la época me ha hecho recordarte, este diciembre, aroma de la Navidad trae tu perfume.

El perfume:
tu libro favorito
El perfume: tu regalo de viaje
El perfume: el olor de tu piel

Recuerdo y evocación dan paso a la memoria de los sentidos, instando al olfato hundir mi nariz en los pliegues de tu cuello, en el ancho de tu pecho, entrelazando mis dedos en tu oscuro cabello.
Es ese tu perfume, el que los aires que respiro me conducen a recapitular tu imagen.
El perfume de tus palabras, de tu detalle artístico, el que emerge al alma y la impregna de tu esencia.

La que quiero, la que añoro en este mi presente.

Deseo onírico


Arropo tus hombros y aterciopelando tu rostro con mi mirada, se encarna la ternura en el filo de una quimera sombría que se niega a su luz.
Un dulce mirar de fragilidad onírica emana explosiones vitales para renacer el susurro, el sentimiento y la dolencia de tenerte y dejarte ir.
Y reposan los delirios añorando ser descubiertos. Son tus ojos cerrados y tu galanura intransigente la que se apodera del letargo en que me encuentro.
Así conmigo te quiero, esa tu paz, tan capaz de arrebatar mi rapaz corazón.

Tu sigue durmiendo, que yo rebaso de caricias y miradas tu recuerdo.