lunes, 19 de enero de 2009

Deseo onírico


Arropo tus hombros y aterciopelando tu rostro con mi mirada, se encarna la ternura en el filo de una quimera sombría que se niega a su luz.
Un dulce mirar de fragilidad onírica emana explosiones vitales para renacer el susurro, el sentimiento y la dolencia de tenerte y dejarte ir.
Y reposan los delirios añorando ser descubiertos. Son tus ojos cerrados y tu galanura intransigente la que se apodera del letargo en que me encuentro.
Así conmigo te quiero, esa tu paz, tan capaz de arrebatar mi rapaz corazón.

Tu sigue durmiendo, que yo rebaso de caricias y miradas tu recuerdo.

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