lunes, 19 de enero de 2009

arRaigándome


Hoy el viento de la época me ha hecho recordarte, este diciembre, aroma de la Navidad trae tu perfume.

El perfume:
tu libro favorito
El perfume: tu regalo de viaje
El perfume: el olor de tu piel

Recuerdo y evocación dan paso a la memoria de los sentidos, instando al olfato hundir mi nariz en los pliegues de tu cuello, en el ancho de tu pecho, entrelazando mis dedos en tu oscuro cabello.
Es ese tu perfume, el que los aires que respiro me conducen a recapitular tu imagen.
El perfume de tus palabras, de tu detalle artístico, el que emerge al alma y la impregna de tu esencia.

La que quiero, la que añoro en este mi presente.

Deseo onírico


Arropo tus hombros y aterciopelando tu rostro con mi mirada, se encarna la ternura en el filo de una quimera sombría que se niega a su luz.
Un dulce mirar de fragilidad onírica emana explosiones vitales para renacer el susurro, el sentimiento y la dolencia de tenerte y dejarte ir.
Y reposan los delirios añorando ser descubiertos. Son tus ojos cerrados y tu galanura intransigente la que se apodera del letargo en que me encuentro.
Así conmigo te quiero, esa tu paz, tan capaz de arrebatar mi rapaz corazón.

Tu sigue durmiendo, que yo rebaso de caricias y miradas tu recuerdo.